La prostitución ha sido siempre un oficio transgresor que ha superado los límites de la moral, ha provocado el escándalo social y, también, es inevitable pues la historia nos demuestra que ha existido siempre, existe y, muy probablemente, existirá.
Hay autores que consideran que el temor hacia las prostitutas tiene su origen en que la mujer que está en el exterior, es decir, las mujeres independientes, son consideradas peligrosas porque no gozan de la ortodoxia cristiana, representando una libertad no aceptable para la mujer de entonces.
Este artículo de Almudena Torrego aborda ese submundo de la prostitución del que también forman parte el trapicheo, el timo, la mendicidad, el juego ilegal…etc. Habla de la profesión más vieja del mundo en el siglo XVII.
En aquel momento no fue una práctica prohibida, pero sí fue reglamentada y controlada. Al frente de las casas de lenocinio establecidas legalmente y regidas por las Ordenanzas de Mancebías, había un padre o madre de mancebía -también conocidos como «tapadores»- que actuaban como enlaces con la Sala de Alcalde correspondiente. De cómo funcionaban, de cómo eran los lupanares, de las especialidades profesionales, de sus vocablos, del proxenetismo y la prostitución encubierta va este original artículo.
