Déjate llevar de la mano de nuestra revista a través de fotografías, imágenes, ilustraciones, gráficos y mucho más…

Scan-130326-0012La cerveza es una bebida tan popular como a veces poco conocida en nuestro país. La elaboración de esta bebida proviene de una fermentación natural de cereales, los cuales, junto al resto de sus ingredientes (agua y lúpulo) fundamentan su origen agrario y su uso alimentario desde hace miles de años.

Resulta complejo pormenorizar la dilatada historia empresarial, de una de las principales empresas españolas, nacida mediante antecedentes industriales no relacionados con la cerveza. Desde sus inicios en Madrid, a mediados del siglo xix, un constante crecimiento y proyección por el mundo, hace a Mahou acreedora de continuos estudios. En mi interés de facilitar una cómoda lectura al amable lector, he estructurado el presente artículo en tres secciones no historicistas: los inicios de Mahou en el barrio de Maravillas (hoy Universidad), su ampliación y traslado al paseo Imperial, distrito de Arganzuela, y, finalmente, desde sus instalaciones en Alovera (Guadalajara), alcanzar a ser la máxima cervecera española.

Mediado el siglo xix, la capitalidad de Madrid, respecto a otras metrópolis del Estado español, era una buena plaza para aquellas empresas interesadas en instalar novedosas sociedades; y la innovación de estas consistía en poder disponer entre sus instalaciones de una moderna máquina de vapor. Tal decisión para hacer diversas actividades, en solitario o asociados con negociantes madrileños, hizo posible el resurgir económico del foro matritense tan perjudicado por anteriores acontecimientos político-beligerantes.

El fundador de la saga que trato en este ensayo fue Casimiro Mahou Bierhans, ciudadano de origen francés que procedía de la ciudad francesa de Metz, departamento de Mosell, en la región de Lorena; las regiones de Alsacia y Lorena siempre han tenido una gran tradición cervecera en el país vecino. Este laborioso residente fue hijo de Nicolás Mahou y Anne Bierhans; llegó a Madrid coincidiendo con una fuerte entrada de capital galo en la península por los motivos antes citados. Sus primeros negocios estuvieron dedicados a la decoración y venta de pintura. Una de sus iniciativas fue poner en marcha, junto a un socio, la fábrica de papel pintado llamada Las Maravillas, su inicial industria, en el mismo solar que hoy ocupa el conocido mercado de la calle Bravo Murillo, 122, aunque en 1859 decidió abandonar la misma.

Es entonces cuando Casimiro Mahou resuelve instalarse en la plaza del Limón y construir la fábrica El Arco Iris. Gran Fábrica de Colores al Temple y al Olio, que tras su muerte en 1875, pasaría a manos de su viuda Brígida Solana Fernández, llamándose luego Fábrica al Vapor de Colores, Barnices y Hielo Vda. E Hijos de Casimiro Mahou. Con ello abría el camino para que sus hijos acabaran fundando la fábrica de cervezas Mahou, la cual no llegaría a ver pues falleció en el año indicado.

Podrás leer el artículo completo en nuestra revista