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El pasado año se cumplieron los ciento cincuenta años del derrocamiento de la reina Isabel II, dando comienzo al llamado Sexenio Democrático (1868- 1874), período de la historia de nuestro país en el que tienen una especial relevancia dos militares españoles que alcanzan la mayor jerarquía en el Ejército español, la dignidad de capitán general de Ejército. Estos personajes, Manuel Pavía y Lacy, marqués de Novaliches, y Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque , están en la actualidad prácticamente olvidados, incluso se ha llegado a confundirlos en manuales académicos de la historia del siglo xx debido a la coincidencia de su nombre y primer apellido, aunque a pesar de ello no tienen parentesco alguno.

Estos dos militares son protagonistas principales de dos eventos de una gran influencia en la historia española. El primero de ellos, la batalla de Alcolea en septiembre de 1868 que dio lugar al destronamiento de la reina Isabel II; y el segundo, el golpe de estado de enero de 1874 que de hecho puso fin a la Primera República, dando origen a la llamada dictadura del general Serrano(Fontana, 2007).

El primer evento citado, la batalla de Alcolea, tuvo como a uno de los dos principales protagonistas al capitán general de Ejército Manuel Pavía y Lacy, marqués de Novaliches, que mandaba las fuerzas leales a la citada reina que, como es de sobra conocido, fueron derrotadas por las revolucionarias al mando del general del mismo rango, Francisco Serrano y Domínguez, duque de la Torre. Esta batalla, que supuso el fin del reinado de Isabel II y por extensión el de la monarquía borbónica, también la podemos denominar la de los dos capitanes generales de Ejército, puesto que esta era la dignidad de los dos comandantes en jefe de los ejércitos enfrentados.

Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque ha pasado a la historia por ser el protagonista del golpe de estado de enero de 1874, conocido vulgarmente como el del Caballo,puesto que en la tradición popular se le describe —aunque no se ajusta a la realidad— protagonizando dicho golpe entrando en el Congreso montado en un caballo, y expulsando a los diputados del hemiciclo para acabar de hecho con la Primera República española.

Entre las escasas semejanzas de estos dos personajes, además de la ya citada de la coincidencia del nombre y primer apellido, encontramos que ambos tienen ascendencia andaluza —granadino es el primero de ellos, y gaditano, el segundo—, como también su pertenencia a estirpes militares: el padre del marqués de Novaliches fue coronel de infantería y tuvo dos hermanos militares; el padre de Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque perteneció a la Armada como oficial, y en la que alcanzó el generalato, teniendo también dos hermanos militares.

Estos dos generales están en las antípodas respecto a sus ideas políticas, puesto que mientras Novaliches es uno de los más fieles partidarios de la reina Isabel II, el otro Pavía se une al general Prim en el pronunciamiento de enero de 1866 con el propósito de su derrocamiento.

También, podemos encontrar otra semejanza en su carrera militar, puesto que ambos pierden su carrera, siendo baja en el ejército, aunque por muy distintos motivos. En efecto, Pavía y Rodríguez de Alburquerque es juzgado en consejo de guerra junto a su general, el marqués de los Castillejos, por el pronunciamiento de Villarejo de Salvanes en enero de 1866 y condenado junto al general Prim a ser dado de baja en el Ejército y a ser pasado por las armas, aunque regresó a este después del triunfo del alzamiento nacional de septiembre de 1868 e inició durante el Sexenio una fulgurante carrera en él.

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