En la arquitectura popular madrileña del S. XIX de los barrios del Rastro y Lavapiés destaca un arquetipo de casas conocidas como «corralas». Hoy nos referimos a la situada en la calle de Carlos Arniches número 3 y 5.
Estos sistemas de habitabilidad acababa con el problema de la precariedad y escasez de vivienda que tenía Madrid, como consecuencia del crecimiento poblacional experimentado durante los S. XVIII y XIX.
Otra de las razones por las que la capital tenía falta de viviendas era la cerca levantada por Felipe IV en 1629, que rodeaba a la ciudad e impedía la expansión de la ciudad fuera de la misma. Dicha cerca fue derribada en 1868.
Las corralas eran edificios que se levantaban sobre solares mínimos. Todas se caracterizaban por tener un patio y corredores en cada piso, lo que propiciaba un espacio público que estrechaba las relaciones de los vecinos.
Solían tener de dos a cuatro pisos y los cuartos eran pequeños, de unos veinte metros. El retrete era común para la planta y a veces para toda la corrala. Era una arquitectura precaria que se situaba en los «barrios bajos». En este reportaje contamos la historia particular de esta corrala.