Es éste un amplio reportaje sobre la historia de los baños de El Molar y la Fuente del Toro. Porque todo el mundo reconoce las propiedades medicinales de Lanjarón o Archena, pero muy pocos conocen que en Madrid también existe desde hace siglos un manantial con un agua excelente.
Desde principios del siglo XVII entre los vecinos de El Molar se tenía conocimiento de las propiedades del agua que surgía de un manantial que tenía su origen en la parte alta de un cerro próximo a la población. La primeras noticias documentadas sobre las propiedades curativas de la conocida como fuente del Toro datan de 1677.
A la fuente del Toro acudían reyes, aristócratas, políticos, financieros, literatos y gentes del pueblo llano para curar afecciones de la piel y del aparato respiratorio. No será hasta 1846 cuando se empiece a construir el balneario.
El edificio principal presentaba un solo piso. Tenía forma de un polígono regular de doce lados y en él se ubicaban los servicios principales del balneario. Un magnífico jardín de estilo inglés daba acceso a la entrada principal.
El exterior estaba rodeado de una frondosa pradera que daba frescor en los calurosos días de verano. En la plazoleta colocada delante de la fachada principal existía un hermoso jardín y en su centro se elevaba una bonita fuente de mármol con un surtidor central que ejecutaba curiosos juegos de agua para deleite del visitante.