Era el año cincuenta y uno del catastrófico siglo XIV cuando el rey Pedro I, apodado el Cruel, llevaba un año en el trono, tras la muerte de su padre Alfonso XI. Fue en ese momento cuando convocó Cortes en Valladolid y en ellas escuchó las quejas de los nobles, hijosdalgo y prelados acerca de la escasez y carestía del pan y del vino y de aquellos elementos básicos para la vida.
Aquella subida de precios y escasez era consecuencia de la negativa de los trabajadores a cultivar la tierra y los que lo hacían pedían un jornal tan elevado que los dueños de las heredades no podían pagar. El rey decidió tomar cartas en el asunto y emprender la reforma laboral.
Nuria Ferrer García aborda en este extenso y detallado artículo cómo eran las condiciones de los trabajadores, las características de cada oficio y profesión y en qué quedó la necesaria reforma laboral. Faltaban aún muchos años, incluso siglos, para que los trabajadores pudieran gozar de derechos que protegieran su vida y bienestar.