Tras la capitulación del Toledo musulmán ante Alfonso VI el 25 de mayo de 1085, las comunidades mozárabe, musulmana y judía que componían la población toledana fueron testigos de la llegada rápida de numerosos contingentes repobladores de castellanos.
Esta gente procedía de la región del Duero y de los territorios situados al norte de este río, pero también eran francos (inmigrantes de orígenes diversos, pero todos ellos procedentes del otro lado del Pirineo). A ellos se sumaron algunos miembros de la nobleza que recibieron heredamientos en la ciudad.
Los nuevo cinco grupos que convivirán: mozárabes, musulmanes, judíos, castellanos y francos eran heterogéneos en origen, religión y costumbres, lo que obligó a que hubiera separación jurídica diferenciada entre ellos.
Este artículo de José Manuel Castellanos Oñate aborda la evolución política y social del primer Madrid cristiano recalando en los nombre propios de los personajes que dejaron huella en aquellos documentos históricos, como el fuero, y en el propio gobierno de la ciudad.