Aunque parezca casi imposible visualizarlo, hubo un tiempo en que en el Paseo de la Castellana, a la altura de Nuevos Ministerios, había un hipódromo. Un amplísimo solar donde se celebraban, además de carreras de caballos, todo tipo de espectáculos durante buena parte del S. XIX y XX.
El aislamiento de los Nuevos Ministerios no solo configura una «isla» administrativa por razones de seguridad, también responde a que es la heredera de la antigua parcela del hipódromo. Si observáramos Madrid a vista de pájaro observaríamos que lo que hoy es una manzana financiera tiene forma elíptica, por dicho hipódromo.
El origen de este espacio está vinculado al matrimonio de Alfonso XII con su prima María de las Mercedes de Orleans. Al programa de los festejos organizados por distintas instituciones, se unió la iniciativa del Gobierno que quiso contribuir con unas carreras de caballos, lo que requería una pista para tal fin.
De la historia de aquel Hipódromo de la Castellana va este artículo de Ignacio González- Varas Ibáñez, autor del libro El Hipódromo de la Castellana: deporte, arquitectura y sociedad, 1878- 1933, de la editorial Turner.