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Durante el trascendental siglo xix, en España existía una estrecha relación entre la gestión de lo público y lo privado que creaba redes conectadas entre la política (Congreso, Senado y Gobierno) y la economía. Estas conexiones propiciaron el surgir de personajes singulares que, desde una burguesía provinciana, llegaron a «subir las gradas del trono», como diría Galdós.

Una de estas celebridades fue Juan de Mata Sevillano y Fraile, que había nacido en 1790 en Vicálvaro, dentro de una familia campesina de una pretérita clase media, y que murió en Madrid en 1864, logrando ser «el primer capitalista de nuestro país», elI marqués de Fuentes de Duero y el I duque de Sevillano. Este vicalvareño, que desde joven tuvo un espíritu empresarial, por medio de los negocios heredados de su padre y de su tío (también su suegro), consiguió ir escalando peldaños en la sociedad madrileña, llegando a lo más alto. El ascenso social lo consiguió gracias a las recompensas otorgadas por la reina Isabel II y a su estrategia matrimonial; y el progreso económico fue gracias a los beneficios logrados en sus abastecimientos de pan, paja y cereales a las caballerizas reales y al Ejército español.

Con su situación financiera sobradamente resuelta, Sevillano fue ampliando el círculo de sus amistades convirtiéndose en el banquero de los principales personajes madrileños del momento, como políticos, militares y nobles. Asimismo, en los momentos más críticos de mediados del siglo xix, logró no significarse políticamente, aunque, cuando fue necesario, no dudó en apoyar a los políticos conservadores, o luchar por el triunfo de la revolución de 1854, e incluso ser ministro de Hacienda, ese mismo año, en el gobierno progresista del general Espartero.

Este vicalvareño no solo dedicó toda su vida a incrementar su patrimonio y a amasar títulos y honores reales, sino que también dejó muestras de su filantropía ayudando a los más necesitados, así como colaborando en distintas obras sociales y públicas, muchas de las veces de forma desinteresada, como publicaba la prensa de la época en muchas ocasiones.

Juan de Mata nació en Vicálvaro el 9 de febrero de 1790, dentro de una familia de campesinos acomodados que durante generaciones venían desempeñando distintos cargos en la administración de la villa y de la Santa Hermandad.

Con catorce años, y como muestra de una situación holgada, sus padres optaron por enviarlo a estudiar a la Universidad de Alcalá de Henares, con el fin de que hiciera la carrera de leyes. Sin embargo, estas inquietudes estudiantiles se truncaron a los cuatro años con la invasión francesa y el estallido de la guerra de la Independencia, que hicieron que el joven Sevillano se alistara en el Ejército, y a sus padres hipotecar fincas y una casa en la calle Socorro, para pagar su manutención.

Tras diversos avatares durante la guerra, con cambios de regimientos y de empleo, llegó al grado de ayudante en Calatrava. En enero de 1815, al poco de terminar la lucha armada, Juan de Mata solicitó licencia en el Ejército para contraer matrimonio con su prima María Sevillano.

Tras el enlace, que se celebró el 16 de marzo de 1815, Sevillano dejó el Ejército, aunque, en 1832, le asignaron el grado de coronel graduado de Caballería retirado. Después de su boda, al morir su tío Juan, se dedicó a manejar el patrimonio que su prima había heredado de su padre y a ampliar los servicios de suministros a las caballerizas reales, y posteriormente del abastecimiento al Ejército.

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