En la últimos años del gobierno de Carlos III, cuando se estaba terminando la obra de la basílica de San Francisco el Grande y aún no se veneraba ni se tenían noticias de la Virgen de la Paloma, en el lugar en el que en los siglos xvi y xvii estaba la posada de la Marilópez, antes de 1787 ya se servían chatos de Valdepeñas en la que con los años (a partir de 1890) pasó a ser conocida como la taberna de Antonio Sánchez.
Posada en los siglos XVI y XVII
La gran investigadora Mercedes Agulló nos da noticia de la existencia en 1656 de una «CASA DE POSADAS junto a la pastelería. Mesón de Paredes».1
En el manuscrito 5918 de la Biblioteca Nacional de España se hace constar una visita a las casas de Madrid entre 1625 y 1658. En él encontramos que en Mesón a Paredes a la izquierda, pasada la calle Juanelo, está la pastelería y la casa de María de Rueda que hace esquina con la actual calle de la Esgrima.
Esta casa correspondería al n.º 6 de la Planimetría y al n.º 13 actual (el de la taberna). Aquí es donde estaría la «Casa de Posadas».
Ya antes, en el Memorial de Pedro Tamayo de 1590 hace constar la existencia de una posada llamada de la Marilópez en «la calle que va a dar a la Merced». Seguramente se refiere a la calle del Mesón de Paredes. El convento de la Merced estuvo en lo que es ahora la plaza de Tirso de Molina hasta 1840.
En el tomo II de El Madrid de Velázquez y Calderón, Julio Vidaurre sitúa exactamente donde ahora está la taberna (n.º 2602) la posada de la Marilópez, que quizá fuese el nombre por el que era conocida la propietaria María de Rueda de la que hemos hablado antes.
Puesto que no hay posada que no despache vino, con todos estos datos creo que podemos arriesgarnos a decir que ya en el siglo xvi podían los madrileños tomar sus azumbres y cuartillos de Valdepeñas en el lugar donde ahora está la taberna de Antonio Sánchez. No sería de extrañar que entre los clientes de la posada estuviese Miguel de Cervantes, pues vivió una temporada en el actual n.º 8 de la plaza de Tirso de Molina esquina a la calle de la Espada. Y Quevedo y Lope de Vega clientes, según Gómez de la Serna, de la pastelería vecina ¿no irían a casa de la Marilópez a tomar algún caldo valdepeñero que ayudase a bajar la empanada de ternera?
Tienda de vinos y botillería en el siglo XVIII
Con la aparición de la Planimetría General de Madrid (1749-1774) es más fácil ubicar las casas pues todas tienen su número; bien es verdad que la numeración va por manzanas con lo que una misma calle puede tener varios números repetidos, lo que dificulta a veces la localización de una casa concreta. Así va a seguir la anotación de las casas de Madrid hasta que en 1835 se aplica la numeración actual de pares e impares.
En un periódico de 1787 aparece el anuncio del traspaso de una tienda de vinos en el n.º 6 de la calle del Mesón de Paredes.
Seguimos buscando pistas.
En la esquina norte de la calle de la Encomienda con Mesón de Paredes había, al menos desde finales del siglo xviii, una famosa botica y su ubicación nos va a ayudar a situar nuestra taberna.
En la Guía de litigantes… de 1791 habla de alguien que vive en Mesón de Paredes, 6 (la casa de la taberna) frente a la botica.
El escribano Valladares vive en Mesón de Paredes n.º 6, frente a la botica.2
El escribano Valladares vive en Mesón de Paredes, encima de la botillería.3
Frente a la botica, en el n.º 6 y encima de la botillería. Más claro agua. Estamos hablando del n.º 13 actual, el de la taberna.
En la segunda mitad del siglo xviii aparecen nuevos establecimientos con el nombre de botillerías; en ellos se podían encontrar bebidas compuestas y refrescos helados. Muchas tabernas subieron de categoría y empezaron a llamarse botillerías. Ese debió de ser el caso de nuestra taberna pues suponemos que al traspasarse en 1787 cambió el nombre de tienda de vinos por el de botillería con el que aparece durante los primeros años del siglo xix.