En la primavera de 1923 se inauguró el tramo Atocha-Vallecas de la actual línea 1 de Metro. La nueva línea respondía a las demandas de los vecinos de Pacífico y Puente de Vallecas que deseaban poder contar con un medio de transporte que les permitiera trasladarse rápidamente al centro de la ciudad para poder trabajar. La línea contaba con 2,3 kilómetros de longitud y tres nuevas estaciones: Menéndez Pelayo, Pacífico y Puente de Vallecas, ubicadas a una distancia media de 700 metros entre sí. Al acto de inauguración acudieron numerosas personalidades de la época como los ministros de Gobernación y de Fomento o el alcalde de Madrid.
El pasado mes de mayo se cumplieron 95 años de la llegada del metro a Vallecas, hito que contribuiría al desarrollo de las barriadas del Puente de Vallecas y Pacífico, de forma similar al impulso que había recibido Chamberí y Cuatro Caminos unos años antes con la construcción del primer tramo de la línea 1 Cuatro Caminos-Sol.
La ampliación parte de la estación de Atocha, hasta ese momento terminal de la línea 1, y recorre bajo los números pares la calle Pacífico (actual avenida de la Ciudad de Barcelona) hasta llegar al paseo de Ronda (actual Doctor Esquerdo), donde el túnel pasa a discurrir por el lado impar de la calle Pacífico hasta atravesar el Puente de Vallecas, y finaliza en el comienzo de la avenida de Alfonso XIII (actual avenida de la Albufera), donde se ubica la nueva estación término del Puente de Vallecas. El nuevo tramo cuenta con algo más de 1800 metros, en donde se ubican dos estaciones intermedias: Menéndez Pelayo, en torno al cruce de la avenida del mismo nombre con la calle Pacífico, y la de Pacífico, en torno al cruce de la calle de la Caridad con la calle Pacífico.
El acto de inauguración se celebró el 4 de Mayo de 1923, siendo un acto sencillo. Acudieron a él numerosos invitados, entre los que destacaban los ministros de Gobernación y Fomento, el gobernador civil de Madrid y el alcalde de Madrid. Fueron todos ellos recibidos por el consejo de la compañía presidido por Miguel Otamendi. A las cuatro en punto de la tarde los invitados tomaron un tren compuesto por 3 coches del nuevo «tipo Vallecas», llegaron en 4 minutos a la estación del Puente de Vallecas, donde desembarcaron las autoridades y salieron de la estación, y recorrieron las diferentes estancias de la misma. Luego volvieron a entrar y tomaron de nuevo el tren de vuelta hasta la estación de la Puerta del Sol, donde se mostró el nuevo vestíbulo construido con motivo de la próxima construcción de la línea 2 Ventas-Sol y que serviría para el transbordo entre ambas líneas. En el mismo vestíbulo se ofreció un aperitivo a los diferentes invitados. La línea fue abierta al público varios días después, el 8 de mayo de 1923.
Las tres nuevas estaciones tenían características similares entre sí, disponiendo todas ellas de un único acceso y un vestíbulo de forma rectangular. Las estaciones de Menéndez Pelayo y Pacífico cuentan con andenes de 3 metros de ancho mientras que la del Puente de Vallecas, por ser una estación término, posee un andén más ancho de 4 metros.
Al igual que en el resto de las primeras estaciones del Metro de Madrid, la decoración de las estaciones fue encargada al prestigioso arquitecto Antonio Palacios, quien aplicó una decoración de estilo neomudéjar, influenciada por la decoración aplicada en otros metros como el de París o Budapest, realizada también a base de azulejos. Para recubrir los espacios de todas las estaciones se recurrió al azulejo blanco biselado, un material barato y que reflejaba muy bien la luz, un bien escaso en el subsuelo. Para dar color y resaltar las partes más importantes de la estación (embocaduras, lucernarios, accesos a galerías o carteles de anuncios) se recurrió a composiciones cerámicas de diferentes colores en función de la estación, rematadas por cerámicas realizadas con la técnica del reflejo de cobre.