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El 6 de mayo de 1859 Carlos María de Castro presentaba a José Francisco Uría, director general de Obras Públicas, una memoria y un plano de gran formato que definían la primera propuesta de conjunto para el proyecto del Ensanche de Madrid con las siguientes palabras: «Tengo el honor de elevar a manos de V. I. para los fines que estime convenientes, el anteproyecto del Ensanche de Madrid, para cuyo estudio fui nombrado por Real Orden de 18 de Mayo de 1857. Consta de memoria descriptiva y un plano general en escala de 2500»

El Ensanche era el primer intento de planificar un crecimiento ordenado de la villa y corte que, hasta entonces, se había producido espontáneamente desde la lógica de la iniciativa particular, condicionada únicamente por el trzado de los caminos de salida de la ciudad y la parcelación del terrazgo madrileño. Constreñida la ciudad por la cerca fiscal que mandara construir Felipe IV en el primer tercio del siglo xvii , Castro planteaba la mayor operación de crecimiento urbano que ha conocido la capital, al menos en términos relativos: el anteproyecto del Ensanche triplicaba la superficie de la urbe existente. No en vano ha sido uno de los aspectos más estudiados del urbanismo madrileño.

Del proyecto del Ensanche conocíamos ya numerosos planos, algunos de detalle, que corresponden a estudios parciales y se centran en zonas o barrios específicos, y otros del conjunto de la ciudad. Estos están trazados casi todos sobre alguno de los ejemplares del plano grabado por Pérez Baquero en 1861 , el cual no es más que una reproducción a menor escala, para su publicación, del plano del anteproyecto oficialmente aprobado un año antes. De hecho, este plano grabado en tinta negra y carmín es la imagen que comúnmente identificamos con el Ensanche de Madrid.

De aquel plano manuscrito con la primera propuesta del proyecto de Castro, mencionado al principio de este artículo, no se volvió a saber hasta que recientes investigaciones (Sobrón, 2015) han permitido identificarlo en el Archivo de Villa desde la biblioteca digital del patrimonio histórico del Ayuntamiento de Madrid.[

Este documento, al que nos referiremos desde ahora como Nuevo Plano del Ensanche de Madrid , tiene unas características físicas singulares que lo distinguen de todas las reproducciones del anteproyecto del Ensanche conocidas hasta ahora. En primer lugar, tiene un tamaño total aproximado de 3,26 x 3,26 metros y está dividido en quince pliegos para facilitar su manejo y transporte. En segundo lugar, la policromía del dibujo contrasta con la bicromía de los demás planos conocidos del Ensanche. Finalmente, la escala con la que ha sido trazado es 1/2500, lo que coincide con la escala del plano presentado por Castro a su superior en mayo de 1859. Esta coincidencia indujo a suponer en un principio que el Nuevo Plano contenía, sin más, la primera propuesta general del Ensanche ideada por Castro y luego desaparecida durante más de un siglo y medio. Sin embargo, una observación más detenida del documento evidenciaba la existencia de un conjunto de contradicciones, como trazados superpuestos, correcciones a lápiz, cortes en el papel y elementos ausentes en otros planos del Ensanche que apuntaban a un grado de complejidad en el documento y en el proceso de su elaboración mayor de lo inicialmente imaginado.

El análisis realizado en el curso de la investigación ha permitido encontrar en el Nuevo Plano del Ensanche elementos trazados en momentos sucesivos que corresponden con las principales etapas en las que se desarrolló el proyecto: el dibujo de levantamiento del entorno de la ciudad, la propuesta original de Ensache de Castro, las modificaciones previas a su aprobación oficial y numerosas modificaciones posteriores.

Podrás leer el artículo completo en el número 79 de Madrid Histórico

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