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En este tercer paseo, que lo comenzamos en el arranque de la calle de Alcalá, junto a la Puerta del Sol, recordaremos la canción de Los nardos y a grandes figuras musicales, especialmente en el interior de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

La calle de Alcalá es una de las arterias más importantes y la más larga, que se extiende desde la Puerta del Sol hacia el nordeste de la ciudad, con una longitud de diez kilómetros y medio. Surgió en el siglo xv como salida hacia el reino de Aragón y su denominación se debe a la ciudad de Alcalá de Henares, a la que llevaba.En el número 2 vivió el músico Manuel Sardina, que había nacido en 1776, probablemente en la provincia de Guadalajara, de donde era su familia, y murió en Sigüenza (Guadalajara), en 1847. Era bajón y fagot. En sus inicios, tocaba el bajón en la Catedral de Segovia. Cuando se traslada a Madrid en 1799, ocupa plaza de bajón en la Real Cámara, por oposición. Con la llegada de José I le vemos tocando el fagot en las Reales Capilla y Cámara. En 1805 había fundado una academia de solfeo que estaba situada en la plazuela de Santo Domingo, número 3. En ella seguía el método de solfeo que había creado su compañero en la Real Capilla, José de Zayas, donde era primer violón. Este método fue muy elogiado en la época y solicitado por muchos conventos y catedrales. Cuando se jubiló como instrumentista en palacio, en 1835, volvió a su tierra y solicitó una canonjía en la Catedral de Sigüenza, que se le denegó porque no tenía vocación eclesiástica.

Avanzamos por la acera de la izquierda, pues el lado derecho está interrumpido por las obras que se llevan a cabo en el antiguo Banco Español de Crédito para transformarlo en un gran centro comercial y complejo hotelero. De él sólo quedan las fachadas, de estilo ecléctico. El primer edificio histórico que encontramos, en el número 9, es la antigua Real Casa de la Aduana, hoy Ministerio de Hacienda. Fue construida por Francisco Sabatini, en 1769, en tiempos de Carlos III. Es de estilo neoclásico. El edificio anterior, el número 5, también fue adquirido por Hacienda. Se construyó de nuevo en estilo neoclásico, dejando la portada de estilo barroco.

A continuación vemos el palacio de Goyeneche, proyectado por José Benito Churriguera a principios del siglo xviii, quien murió antes de ver terminadas las obras, que fueron continuadas por su hermano Alberto. En 1773 Carlos III traslada aquí la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, creada por Fernando VI en 1152 y situada en la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor, ordenando que se cambiara la portada barroca por otra del estilo imperante en su reinado, el neoclásico. Desde su fundación, la Real Academia ha desempeñado un importante papel en el desarrollo de las artes y en la formación de los artistas. Su interior alberga un museo con una importante colección de pinturas de los siglos xvii al xx, además de un gran número de esculturas.

Invitamos al lector paseante a introducirse en este museo, donde nos interesa destacar la sala 26 del segundo piso, llamada Sala de Música, porque en ella encontramos varios bustos y cuadros de músicos. Así, podemos contemplar, por ejemplo, un busto anónimo del siglo xviii, neoclásico, del gran cantante castrato Farinelli y un retrato suyo, que se encuentra en otra sala, realizado por el pintor veneciano Jacopo Amigoni (1682-1752), que había trabajado en la corte.

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