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Cuando a finales de los años ochenta la Fundación Fernando de Castro-AEM retomó sus actividades después de un largo periodo de inactividad, nos propusimos como una seña de identidad propia y una de nuestras tareas prioritarias la de dar a conocer la figura de nuestro fundador, así como la labor benéfica y las actividades culturales y educativas que se llevaron a cabo en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. Este pequeño artículo que ahora presentamos se enmarca en este propósito: difundir la importancia que para la educación de la mujer española tuvo la asociación, además de informar de las muchas personalidades importantes que por aquí pasaron, unas más conocidas, otros menos, pero todas muy destacadas en sus propios desempeños.
De esta manera han ido apareciendo artículos sobre la pintora Adela Ginés, sobre el pedagogo Joaquín Sama, sobre el político cubano Calixto García, sobre el alcalde de Madrid Manuel María de Galdo, sobre el propio Castro, etc. Y ahora le toca el turno a Julia Loewe, hija del fundador de una de las más señeras dinastías en el mundo de la industria y de la piel: Loewe.

La Asociación para la Enseñanza de la Mujer (Ver Madrid Histórico, n.º 13, enero-febrero, 2008)

Esta asociación fue fundada por don Fernando de Castro en 1870, tomando como precedentes la Escuela de Institutrices que él mismo había creado un año antes. Castro, historiador y rector de la Universidad Central, se había caracterizado a lo largo de su vida, tanto en la universidad como cuando desempeñó el cargo de capellán de honor de Isabel II, como cuando fue presidente de la Sociedad Abolicionista, por preocuparse de los sectores sociales más desfavorecidos: niños, esclavos, mujeres. Viendo que la formación cultural y académica de la mujer española era prácticamente inexistente en esa época, había organizado, junto con un grupo de amigos y colaboradores, las Conferencias Dominicales para la Mujer, en la primavera de 1869.


Más tarde la asociación creó varias escuelas en su seno: Comercio (1878), Correos y Telégrafos (1883), Primaria Elemental y Superior (1884), Labores, Taquigrafía y Mecanografía (1908), etc. Desde 1889 contó con la protección de S. M. la reina María Cristina. Durante sus primeros treinta años de vida su éxito y prestigio fueron enormes, participando en diferentes certámenes y exposiciones: Filadelfia (1876), París (1878), Chicago (1893), Melbourne (1907) y otras. Tras superar la guerra civil sufre una importante crisis que hace que se suspendan las enseñanzas en 1955. Las actividades se retoman en 1989, ya no como un centro únicamente educativo, sino como una fundación cultural que tiene como principal objetivo la defensa, la conservación y la difusión del legado moral y pedagógico de Fernando de Castro y de sus fundaciones.

Siguiendo corrientes europeas, las élites madrileñas desde el punto de vista cultural, económico, político, nobiliario, etc., querían que sus hijas se formasen lo mejor posible, con el más alto nivel académico, con los más amplios y modernos conocimientos, y estar así bien preparadas para su futuro. Por ello las llevaban al mejor centro de Madrid y seguramente de España en esos momentos: la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. Así, entre las alumnas que aquí cursaron estudios podemos citas a las hijas de los pintores Cecilio Pla y Joaquín Sorolla, de los escritores Eduardo Zamacois y Jardiel Poncela, de los políticos Rafael María de Labra y Largo Caballero, del arquitecto y concejal Miguel Mathet, del editor Pueyo, del impresor Palomeque, del relojero Wehrle, del doctor Maudes, la hermana de los Machado o las nietas del líder republicano Pi y Margall

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