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Desde la Edad Media hasta la actualidad en la ciudad de Madrid se han ido creando y desarrollando diferentes centros hospitalarios que fueran atendiendo a su cada vez más numerosa población. Desde el primitivo hospital de San Lázaro, ubicado extramuros, a otros más actuales, como el Gregorio Marañón, los repasaremos en este interesante artículo.

Madrid ha sido siempre, a través de su historia, un lugar acogedor y hospitalario para todos aquellos que la han visitado o se han radicado en la villa, y ha tenido siempre un especial empeño en cuidar por todos los medios a su alcance de la salud de sus moradores, especialmente en aquellos casos de catástrofes letales como los azotes de peste que asolaron alguna que otra vez al vetusto Majerit.

Por eso vamos a realizar un viaje a través del tiempo para comprobar como en Madrid han ido surgiendo establecimientos sanitarios para intentar solucionar todo tipo de males desde el Medievo hasta el siglo xix, que pudiéramos denominar hospitales históricos, ya que en el siglo xx y lo que llevamos del xxi Madrid y su Comunidad cuentan con una serie de bastantes centros hospitalarios de primer orden con una sanidad de vanguardia.

Origen de los hospitales madrileños

En el Medievo se sabe que existió un hospital llamado de San Lázaro, a extramuros de la villa, fundado en tiempos del Madrid islámico, antes de la conquista de la villa por Alfonso VI, que acogía a enfermos de lepra. Estuvo situado en la calle de Segovia, junto a la Cuesta de la Vega, en un solar donde después se levantaría la Casa Ducal de Osuna y el Palacio de Benavente. A este lugar los madrileños le llamaron el Alto Sano por la situación de salubridad que poseía.

Pero el hospital que se considera el más antiguo de Madrid es el de Atocha y San Ginés, que se remonta al siglo xi, y que se creó para ayudar a los peregrinos que iban al santuario de la Virgen de Atocha, muy alejado de la villa. En época de Carlos I se trasladó al final de la calle del Arenal, en las casas chicas del conde de Villamediana, tomando el nombre de los Caballeros de San Ginés.

Otro antiguo Hospital era el de San Ricardo, cuya fundación data un poco después de la conquista de Madrid por Alfonso VI y era vulgarmente conocido como hospital de Héticos. Fue el primer hospital fundado exclusivamente para enfermos tísicos o tuberculosos. Este hospital cambió de nombre cuando Isabel de Valois —Isabel de la Paz— regaló una imagen de la Virgen a su capilla. Desde entonces se le llamó hospital de la Paz.

Ya en el siglo xv (1438) una gran catástrofe mortificó a la villa. Después de unas lluvias intensas, que comenzaron en octubre y finalizaron en enero, y que desbordaron el Manzanares, la pestehizo su aparición, y entre abril y noviembre murieron más de cinco mil personas y quedaron afectadas de una forma u otra más de seis mil. Todo ello en una población no mayor de veinte mil almas. El monarca Juan II se vio en la necesidad imperiosa de edificar un hospital dedicado exclusivamente a apestados y no halló mejor lugar para ello que la Puerta del Sol, entonces en el confín de Madrid. Allí nació en 1439 el hospital para cura y socorro de apestados. Por este motivo, la Puerta del Sol, que daba acceso a la villa y que se abría muy cerca del hospital, se denominó entonces Puerta Pestilente.

 Este hospital fue remozado y ampliado noventa años después por orden personal de Carlos I, que le dio el nombre de Hospital Real del Buen Suceso, en este mismo lugar y dedicado exclusivamente a los servidores del Palacio y a sus familias, por lo que para atender a gente más diversa funda en 1555 el hospital de Peregrinos. Aunque cronológicamente anterior a este último, uno de los hospitales de gran importancia en Madrid fue el hospital de la Pasión, creado en 1465 para atender exclusivamente a mujeres enfermas, y otro fue el de San Juan de Dios, antiguo hospital fundado por el Venerable Antón Martín. Los últimos de ellos eran el hospital de Mujeres Perdidas, para mujeres solteras y con hijos, y el hospital de Santa María Magdalena, dedicado el primero a enfermedades venéreas y de la piel y el segundo, a enfermedades propias de la mujer. Son los precursores de la Casa de Maternidad y el Instituto de Obstetricia y Ginecología

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