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La edición de Madrid Histórico más otoñal ya está disponible en vuestros kioscos y puntos de venta habituales con contenidos sorprendentes. Os presentaremos a una mujer olvidada, Francisca Pizarro, os relataremos los orígenes de una de las urbanizaciones más exclusivas de España, La Moraleja y caminaremos por las calles de Madrid vinculadas a la astronomía. También habrá tiempo para hablar de un episodio de gran valor acontecido durante la Guerra Civil, la salvación de numerosas obras de arte gracias a un tren cargado de obras de Goya y Tiziano que viajó con destino a Ginebra y de un proyecto frustrado de nuestra arquitectura, el de una plaza circular frente al Palacio. Todo esto y mucho más…¡Esperamos que los disfrutéis!

Henninger: la última cervecera hispano-alemana en Madrid

Después de relataros la historia de otras marcas cerveceras como Baviera Cruz Blanca, Mahou, El Águila y El Laurel de Baco, en esta ocasión le toca el turno a Henninger. Su historia empezó a fraguarse en uno de los barrios más señoriales de Madrid, en la plaza del Marqués de Salamanca y en unos terrenos adquiridos cerca del Aeropuerto de Barajas.  Corría el año 1964.

Las pinturas viajeras

Después de un largo y azaroso periplo, de burlar los bombardeos alemanes e italianos y a la artillería rebelde a través de cientos de kilómetros, en la noche del 6 de septiembre de 1939 un último tren salía de Ginebra transportando parte uno de los mayores tesoros del mundo: obras de Velázquez, Goya, Tiziano, Rubens y otros muchas de incalculable valor que habían sido sacadas del Prado tres años antes con el fin de preservarlas de los bombardeos, los saqueos y la destrucción indiscriminada de alborotadores. El tren, con prioridad de paso sobre cualquier transporte militar gracias a los desvelos del pintor Josep María Sert, tiene que evitar los ataques aéreos y se ve obligado a cruzar sin luz un nuevo país en guerra desde hacía una semana, pero, al fin, el día 8 atraviesa la frontera española y un día después llega a la estación del Norte de Madrid. Las obras ya están en casa.

Francisca Pizarro, una noble mestiza vecina de Madrid

Nuestra protagonista tuvo en Lima una adolescencia solitaria. Cuando fue envida a España se caso con su tío Hernando Pizarro, preso en el castillo-cárcel de la Mota, y durante el tiempo que allí vivió y después en Trujillo ambos trabajaron para recuperar la fortuna familiar confiscada tras la rebelión de su otro tío Gonzalo Pizarro. En 1577 la habían recuperado, pero un año después murió Hernando.

Sorprendentemente, Francisca se casó en Extremadura con el joven Dávila Portocarrero, hijo de los condes de Puñonrostro, y se trasladó a Madrid. Durante los diecisiete años que vivió en la villa gastó gran parte de la fortuna recuperada por el esplendoroso lujo que llevó con su nueva familia en la corte de Felipe II.

Calles de Madrid dedicadas a astrónomos, II

El primer madrileño ilustre fue Maslama, que ha pasado a la historia por ser un gran astrónomo y astrólogo. Madrid le reconoció dedicándole una pequeña plaza en el año 1985. ¿Qué otros españoles con conocimientos astronómicos tienen asignada una calle en Madrid? En la historia de la astronomía en España no hay figuras de la talla de Copérnico, Galileo, Newton o Einstein, a los que nos referimos en un artículo anterior. Los protagonistas en este caso son personajes polifacéticos, siendo la astronomía una de sus pasiones. Tres de estas calles están cercanas por lo que se puede sugerir un paseo por ellas para conocer mejor Madrid.

La Moraleja, historia de la finca, real bosque y urbanización

Finca originaria sobre un antiguo monte de encina, jara y caza al que se unieron dehesas de aldeas despobladas y se añadieron terrenos colindantes comprados por los condes de Puñonrostro y duques de Béjar, que pasó a la Corona a finales del siglo xviii convirtiéndose en un Real Bosque, que sería desamortizado y adjudicado en subasta pública para ser luego comprado por el marqués de Cubas. Tras ser incautada y tener una corta experiencia como comuna agrícola, la marquesa viuda de Aldama y su hijo el conde de los Gaitanes abandonaron su uso tradicional de caza, leña y carboneo para urbanizarla y parcelarla, convirtiéndose en la urbanización más exclusiva y lujosa de España.

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