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Ya tenemos aquí el número con el que cerramos un nuevo año plagado de contenidos y reportajes sobre nuestro amado Madrid. Este número 102 llega a nuestras casas cargado de nostalgia y es que su dosier revivirá los tiempos dorados y de máximo esplendor del Palacio del Buen Retiro, lo hará resaltando los motivos que le hicieron único este Real Sitio. También nos acercaremos hasta el pueblo de Hortaleza para recordar como fue su anexión a Madrid y conoceremos la historia del balcón más singular que nunca tuvo la Plaza Mayor, el conocido como Balcón de Marizápalos, llamado así por ser ocupado por una amante de Felipe IV. No podremos evitar, en este número, recorrer las calles de la Villa y Corte viendo el estrecho vínculo de sus habitantes por la astronomía. Por último, recordaremos una figura que cobra gran importante en las postales más frías de Madrid, sobre todo en esta época del año: las castañeras.

¡Esperamos que lo disfrutéis mucho!

El esplendor del palacio del Buen Retiro en el siglo xvii: Diez motivos que hicieron único el real sitio

Todos conocemos los jardines del Retiro y casi todos sabemos que en su día hubo un palacio con ese nombre, pero lo que no todo el mundo sabe es que fue mucho más que un palacio, fue único en muchos sentidos y vamos a intentar desglosar todos los motivos por los que se puede afirmar que fue el mejor de su época.

En primer lugar, necesitamos ubicarnos en el tiempo: nos encontramos en 1630, hace nueve años que un joven Felipe IV ha ocupado el trono y junto a él, siempre a su lado, se encuentra el todopoderoso Gaspar de Guzmán, el conde-duque de Olivares.

La anexión del pueblo de Hortaleza

A mediados del siglo xx la autoridad gubernamental decidió la anexión de muchos de los pueblos limítrofes con el municipio de Madrid. Debido al centralismo en la época de la dictadura, y que heredó en gran medida la democracia, estos pueblos perdieron parte de su identidad. A la hora de hacer un catálogo de bienes urbanos de interés cultural, la periferia de una gran ciudad casi siempre está en desventaja con el centro. Es un tema de prioridades, aducen algunas fuentes políticas. Así ocurre que muchas veces edificios con historia o con tendencias urbanas de épocas ya desaparecidas son derruidos y ni las administraciones locales ni centrales mueven un dedo para evitar que la propiedad obtenga grandes beneficios con la especulación de unos terrenos muy jugosos ante la expansión de la gran urbe.

La castañera: Estigma del invierno y figura representativa del belén madrileño

Incontables son los belenes que se colocan en el mundo desde que en el año 1233 san Francisco de Asís inaugurara esta tradición en una cueva próxima a la ermita de Greccio, en la región italiana de Lacio. Desde ese momento cada país cristiano, ciudad o pueblo ha ido aportando su toque a la representación del pesebre, pero en pocos lugares podrá encontrarse una figura a la que también podamos ver en carne y hueso cerca de las miniaturas de barro o cartón-madera. En Madrid existe esa posibilidad. El oficio que la ciudad incorporó al belén napolitano que tan en boga puso Carlos III desde su llegada al trono en 1760 continúa entre nosotros. Todos sabrán de quién hablamos: las castañeras. Asando los corazones del invierno, han conquistado los nuestros haciendo de ellas parte fundamental de la Navidad madrileña.

El balcón de Marizápalos: María Calderón, la Calderona

Cuentan que de todas las amantes que tuvo el rey Felipe IV hubo una de la que se quedó especialmente prendado: la joven actriz María Calderón, apodada la Calderona. En uno de los capítulos que más dio que hablar en el Madrid de la época, el monarca mandó construir de la noche a la mañana y en la Plaza Mayor un balcón para que su amada disfrutase de una ubicación privilegiada de los acontecimientos que en ella ocurrían. Un detalle con el que, sin duda, contentó a su amante, pero hizo enfurecer a su esposa, la reina Isabel de Borbón. Un desplante del que fue testigo toda Madrid y que provocó ríos de tinta.

Madrileños amantes de las estrellas

«De Madrid al cielo» es una de las frases con las que se identifica la ciudad. Surge la pregunta: ¿cuántos madrileños han sido aficionados a la astronomía a lo largo de la historia de la villa y han merecido un reconocimiento? En primer lugar, tenemos que recordar a Maslama, el primer madrileño ilustre, pero en este artículo nos vamos a referir solamente a madrileños nacidos a partir del siglo xix. Entre ellos, se han seleccionado siete hombres y una mujer a la que se le quiere dar visibilidad, Isabel Muñoz Caravaca López Acevedo. El orden de exposición que se ha seguido es la antigüedad en la fecha de nacimiento.

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