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1.- Nuestra Señora de la Antigua. Se ven la torre, la entrada principal y parte del ábside.La ermita de Santa María de la Antigua de Carabanchel es el edificio más antiguo de Madrid. En el terreno en el que está asentado debió haber una villa romana, como atestiguan el mosaico hoy sito en el Museo Municipal de San Isidro o los restos que han aparecido alrededor de la ermita y en el cementerio que hay a su vera (aquí concluía el camino de las Cruces que venía desde Carabanchel Alto).

No es difícil imaginar que en torno a aquel poblamiento original, se desarrolló o afianzó un núcleo que terminó construyendo la actual ermita mudéjar, en un primer momento dedicada a la Virgen de la Almudena. En tiempos de san Isidro pudo existir otro edificio en la misma ubicación, que no tendría seguramente utilidad religiosa. Con la muerte del santo, el culto que se fue desarrollando en torno suyo y la vinculación que se debió dar a este espacio donde san Isidro trabajaría (varios milagros se ubican aquí) debieron hacer construir esta iglesia.

Posteriormente, el desarrollo de los dos núcleos, Carabanchel de Arriba y Carabanchel de Abajo, debieron ir haciendo perder importancia al núcleo original, si es que lo fue alguna vez. En el Libro de fábrica de las iglesias de los Carabancheles (1491-1500) se habla de que el entorno de la iglesia de la Magdalena está deshabitado, y que se lleva el Corpus Christi a la iglesia de San Pedro en Carabanchel Alto. En el siglo xvi pierde el rango parroquial y la ahora ermita se establece bajo la advocación de Santa María de la Antigua, dependiendo de la iglesia parroquial de San Sebastián de Carabanchel Bajo. En el siglo xvii, con la canonización de san Isidro (1622) se producen mejoras en el edificio, introduciéndose nuevos retablos, donde las imágenes de san Isidro, de santa María de la Cabeza y de la Almudena son las protagonistas. El recuerdo de la presencia del santo en estas tierras, de su mujer, y de la primitiva advocación del templo, viene así retomado.

La existencia de la ermita está muy ligada a la figura de san Isidro, y de hecho en sus alrededores se sitúan varios de los milagros que se narran en el códice de Juan Diácono. Por lo tanto, y de algún modo, los de más antigua constancia. Uno de estos milagros es el del lobo: estando él rezando en la entonces parroquia de Santa María Magdalena, le vinieron a avisar que un lobo atacaba a su jumento. Él puso tranquilidad, dijo que Dios decidiría y solo tras la oración salió a ver qué pasaba. Y pasó que el lobo estaba muerto y el jumento lo esperaba perfectamente vivo… no sabemos más.

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