Déjate llevar de la mano de nuestra revista a través de fotografías, imágenes, ilustraciones, gráficos y mucho más…

05-Francisco Asenjo Barbieri-0

Nació Barbieri en Madrid, el 3 de agosto de 1823, en la calle del Sordo (hoy de Zorrilla) y fue bautizado en la iglesia de San Sebastián, la de los cómicos, con el nombre de Francisco de Asís Esteban Asenjo Barbieri. Fue su madrina Micaela de Laserna, hija del famoso compositor de tonadillas Blas de Laserna, aunque por enfermedad de su tía Fermina, nombre que figura en el documento correspondiente. A los 7 años comenzó su educación revelándose como un niño despierto, aplicado y revoltoso, cualidades todas que le acompañarán durante sus 71 años de vida.

Tras los estudios de Humanidades, en los trinitarios de Santa Cruz de la Zarza (Toledo), Barbieri probó fortuna, en 1837, en la Universidad, en las especialidades de Medicina e Ingeniería, pero las prácticas de disección le hicieron abandonar los estudios médicos y las matemáticas no acababan de gustarle.

Muerto su padre, en el propio año 1823, el ambiente familiar va a ser determinante para su futuro. Su abuelo materno –don José Barbieri– era alcaide del Teatro de la Cruz y Francisco tiene ocasión de asistir a los ensayos y a las funciones. La magia del teatro le cautiva y hace surgir su verdadera vocación. Su ingreso en el Conservatorio María Cristina se produce en 1837. Allí estudia clarinete con Ramón Broca, piano con Pedro Albéniz y canto con Baltasar Saldoni. Tres años después es alumno de composición de Ramón Carnicer.

La situación económica familiar no es boyante, ni mucho menos, y hay que trabajar. Barbieri ingresa como primer clarinete en la Banda de la Milicia Nacional y es fácil encontrarle en bodas, bautizos y toda clase de fiestas caseras; copia música para teatros y almacenes y da clases de piano a peseta. Hace de partiquino en el Teatro de la Cruz y lo mismo actúa de apuntador que sustituye a un maestro de coros enfermo. De esta época son sus primeros intentos de composición.

La vida es dura y Barbieri tienen ocasión de comprobarlo enseguida. El robo del c1arinete, del que depende su existencia, es la causa de que abandone la banda militar y se enrole en una compañía italiana en gira por el norte de España. Después vendrá otra excursión por Alicante, Murcia, Cartagena y Almería. El éxito artístico de ambas aventuras es notable pero los dineros pocos y Barbieri habrá de regresar a Madrid, en las dos ocasiones, andando.

En Salamanca, 1845, ocupa el cargo de maestro de Música en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy y figura una temporada como director del Liceo Salmantino, pero a nuestro personaje le atrae la actividad de la corte y al año siguiente regresa a Madrid. Estudia y pasa horas y horas en las bibliotecas ampliando sus conocimientos en todo lo que le es posible. Compone Buontempone, obra que no llega a estrenarse y funda con Baltasar Saldoni, Basilio Basili y Francisco Salas La España Musical, con el objetivo de conseguir un teatro para representar obras españolas.

De estos años 50 son sus primeros trabajos como musicólogo y crítico musical (en 1849 inicia esta actividad en La Ilustración) y sus primeras aventuras como empresario teatral, fundando en 1851 una Sociedad de Artistas con el libretista Luis Olona, el cantante Francisco Salas y los compositores Cristóbal Oudrid, Joaquín Gaztambide, Rafael Hernando y José Inzenga. Esta sociedad alquiló el Teatro del Circo y allí se estrenó Jugar con fuego, uno de sus primeros éxitos, aunque antes había sido aplaudida su Gloria y peluca (Teatro Variedades, 1850). En 1856 a esta sociedad se unieron el dramaturgo Luis de Olona y el banquero Francisco de las Rivas como socio capitalista y edificaron, en poco más de seis meses, el Teatro de la Zarzuela, de Madrid que se inauguró el 10 de octubre. Quizá tengamos ocasión de recordar el nacimiento de este local en futuros números de Madrid Histórico.

Podrás leer el artículo completo en la nuestra revista Madrid Histórico 65