Son muchos los compositores musicales que tienen relación con Madrid, pero si hay alguno que merece el distintivo de «músico de Madrid» ese es, sin lugar a dudas, Federico Chueca, el autor de partituras tan conocidas como La Gran Vía, Cádiz, El año pasado por agua, El chaleco blanco, Agua, azucarillos y aguardiente o El bateo.
Federico Chueca y Robres nació el 5 de mayo de 1846 en la plaza de la Villa, más concretamente en la Torre de los Lujanes. Desde bien pequeño sintió un especial interés por la música, llamando la atención el examen de piano que realizó con tan solo nueve años en el Conservatorio.
Por imposición de sus padres, empezó a estudiar la carrera de Medicina, pero cuando éstos fallecieron abandonó los estudios y regresó al Conservatorio. Es entonces cuando empieza a ganarse la vida como pianista en el Café de Zaragoza.
A partir de ese momento, comenzará su carrera de lo que hoy conocemos como un profesional autónomo de la música. José Prieto Marugán, autor de este artículo, repasa la trayectoria musical y personal de este «músico del pueblo».
