Si ha habido un nombre en Madrid que ha acaparado minutos en los medios de comunicación durante los últimos meses ese ha sido el del escrito Miguel de Cervantes, debido a la búsqueda de sus restos en la cripta del convento de las Trinitarias. Repasaremos los distintos puntos de la villa en los que habitó el auto del Quijote, como por ejemplo las Calles de Huertas, del León o la Plaza de Matute.
En 1566, Rodrigo y Leonor, los padres de Cervantes, llegan a Madrid procedentes de Sevilla, con sus cinco hijos. Miguel tiene 19 años y pronto empieza el estudio de humanidades siendo su maestro Juan López de Hoyos quien considera a Cervantes su “caro y amado discípulo”. En 1569, a causa de una reyerta, se dicta una orden de captura contra Miguel pero éste ya estaba camino de Italia. No vuelve Cervantes a Madrid hasta 12 años después, en 1581. En 1584 tiene una hija, Isabel, fruto de sus relaciones con Ana de Villafranca y ese mismo año se casa en Esquivias con Catalina de Salazar.
No tenemos noticia de los domicilios del escritor en Madrid en esta época. Sólo sabemos que su madre, ya viuda, alquila una casa en la calle Leganitos en 1593 y es posible que Miguel se alojase en ella en algunos de sus viajes desde Andalucía donde estaba estos años. Ahí comenzará un incesante periplo por las calles de la capital.
