El 16 de marzo se cumplió el 120 aniversario de la inauguración del edificio de la Biblioteca y Museos Nacionales, hoy Biblioteca Nacional de España (1896-2016). Para conmemorarlo hemos elegido una historia que tiene que ver con el precioso edificio y el arte de uno de los escultores más prolíferos que hubo en Madrid, D. Agustín Querol Subirats.
Se trata de una historia verdadera, exenta de adornos y alejada de las leyendas. Quizá después de leerla, recapacitando en su contenido, miremos con otros ojos la magnífica obra proyectada y esculpida por Querol para el frontón de la Biblioteca Nacional. Porque si algo hay en ella, además de su belleza, es un conflicto de intereses entre académicos y políticos del momento. En este artículo vamos a narrar cronológicamente todo el proceso de adjudicación desde la salida a concurso en 1891, las prisas surgidas para su colocación y el definitivo conjunto escultórico, izado e inaugurado en 1903.
Si bien el edificio de la Biblioteca Nacional de España, otrora Palacio de la Biblioteca y Museos Nacionales, fue inaugurado el 16 de marzo de 1896, su planta baja se abrió al público el 11 de noviembre de 1892 con motivo de la celebración de la Exposición Histórico Americana-Europea.
Curiosamente, aquel año del IV Centenario del Descubrimiento de América, los visitantes pudieron contemplar el precioso frontón que engalanaba su fachada; sublime obra, magnífico conjunto escultórico… de yeso.
Ésta es la historia menos conocida del frontón o frontispicio de la Biblioteca Nacional, que comienza el día 10 de julio de 1891 con la firma de un real decreto por el que se convocaba el concurso para la decoración del frontón del Palacio de la Biblioteca y Museos. El tema propuesto era: «Las Ciencias, las Artes y las Letras, floreciendo al amparo de la Paz».